• 19 abril 2018

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    Posteado en : Entrevista

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    Expatriados FIIAPP: Carlos Ossorio

    “El pueblo turco es muy hospitalario, divertido y amable”

     

    Carlos Ossorio nos cuenta su experiencia como coordinador del proyecto de cooperación financiado por la Unión Europea para reforzar el sistema de gestión de pesca en Turquía. Hasta enero de 2017, Ossorio era Inspector de pesca marítima del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente. Fue entonces cuando la FIIAPP lo contrató para este proyecto de hermanamiento (Twinning).

     

    ¿Cómo ha sido tu adaptación al país?

    Ha sido mucho más sencilla de lo que esperaba. En Turquía, la comunidad española, la iberoamericana y la internacional son muy activas. Por lo que siempre hay actividades culturales y sociales previstas para cada fin de semana.

     

    Sin duda, mis tres hijas y mi esposa han ayudado mucho y son las que hacen sumamente fácil mi adaptación. Además, cuento con el apoyo de los compañeros de España y de mis fabulosos colegas turcos. La verdad es que soy muy afortunado.

     

    ¿Qué ha sido lo que más te ha costado y lo que menos?

    Hay trámites administrativos que llevan su tiempo, y en algún caso son desesperantes. El permiso de residencia, el trámite de la mudanza y el acostumbrarse al sonido y llamada a la oración 5 veces al día quizá sea lo que más me está costando.

     

    Lo que menos me ha costado es adaptarme a las costumbres gastronómicas y culturales de Turquía. El pueblo turco es muy hospitalario, divertido y amable y compartimos muchas similitudes con ellos, más de las que creemos.

     

    ¿Es tu primera experiencia fuera de España?

    Es mi primera experiencia de largo tiempo en el extranjero, con una duración de un año y medio, pero desde luego es para repetir. No me canso de recordar que las facilidades para el traslado de la familia (colegios, mudanza, vivienda) se hacen muy cómodas, aunque lleven su tiempo.

     

    Hay una fabulosa conexión Turquía-España, muy consolidada gracias a nuestra «antena» Nilufer, que hace que la cooperación institucional sea muy fluida y sencilla. Experiencia inmejorable

     

    ¿Cómo es tu trabajo y el día a día?

    Hay un parte común que es el saludo a los compañeros y posterior té mañanero. Hasta seis tés pasan por mis manos en un día. El día a día es intenso y nunca hay descanso, siempre hay una misión pendiente o un informe que revisar o un cambio de presupuesto que preparar con los compañeros de Madrid o un viaje de misión de expertos que programar…

     

    Con los compañeros turcos suelo consultar muchos temas, tanto a la coordinadora de la parte turca, Esra, como a los jefes de proyecto turcos (Borja y Erdinç). Además, paso revista con los asistentes de temas pendientes y las actividades que tenemos que programar.

     

    ¿Cómo es tu relación con la sede de Madrid? ¿Y con tus compañeros en Turquía?

    Mi relación con los compañeros es muy buena. Tengo mucha suerte con los compañeros de proyecto: Pablo, Cristina, Esther y Sonsoles, que me apoyan y aconsejan constantemente. Pero incluso el departamento de Recursos Humanos, con Sara y Ana entre otras, siempre están pendientes de echarme una mano cuando necesito algo. Son con las unidades que más trato.

     

    Además, estoy muy contento con los coordinadores españoles de otros proyectos que también están aquí, en Turquía, son extraordinarios. Tienen mucha competencia y conocimiento. Da gusto consultarle algo a Pedro Barceló y a Pedro Gómez. Pero la anfitriona en Turquía es Vanessa Untiedt, siempre resolutiva y que conoce a todo el mundo.

     

    ¿Cómo valoras tu experiencia de trabajar como expatriado de la FIIAPP en Turquía?

    Es una experiencia muy positiva y enriquecedora en lo personal y, sobre todo, en lo profesional. Es un cambio respecto de mi actividad anterior, puesto que como inspector de pesca marítima me correspondía participar en labores de control e inspección en puertos, así como labores de control en importaciones de productos de la pesca procedentes de terceros países.

     

    Ahora eso me ha permitido aplicar mi conocimiento en muchos ámbitos de formación, así como en el intercambio de buenas prácticas.

     

    ¿Alguna experiencia o anécdota que resaltar de tu llegada al país? 

    Tengo la suerte de haber caído de pie y tengo un grupo de compañeros y amigos turcos relacionados con la pesca que me han incluido en su sociedad gastronómica Çi Köfte Club. Cada mes y medio celebramos una sesión en casa de uno de los miembros que están solteros.

     

    En esas reuniones comemos una especie de “albóndigas picantes de verduras”, a las que he sucumbido, que se completa con quesos, ensaladas, olivas, pescado, fruta… que, cómo no, acompañamos de bebida. Algunos, con la bebida tradicional, el Raki, parecida al anís español. Y los que no beben alcohol, con Ayran (bebida de yogur). Me siento uno más en este grupo.

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