• 23 septiembre 2016

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    Posteado en : Opinión

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    El Defensor del Pueblo como cooperante internacional en derechos humanos

    Carmen Comas-Mata, Directora del gabinete de la Defensora del Pueblo, nos habla de la importancia de la cooperación.

    En mi ya larga experiencia a cargo de las relaciones internacionales del Defensor del Pueblo, que es también la institución nacional de derechos humanos en el sentido de la Organización de las Naciones Unidas, he podido comprobar la importancia de cooperar en derechos humanos, no sólo ya para conseguir que los países beneficiarios alcancen unos estándares mínimos de respeto y protección a esos derechos, sino también para aumentar el prestigio exterior de España.

     

    Suele hablarse de la “Marca España” para mostrar al mundo los éxitos que consiguen nuestros deportistas y nuestras empresas. Pero no nos debemos quedar ahí: a lo largo de los últimos 40 años, España ha sido un ejemplo de respeto a los derechos humanos, y podemos enseñar al mundo cómo pasamos en una transición ejemplar de la dictadura a una democracia donde aceptamos una Constitución que colocaba al ciudadano como sujeto de derechos y establecía mecanismos eficaces para su protección. Precisamente, uno de los protagonistas de esa transición fue una institución extrajudicial, el Defensor del Pueblo, que se encarga de velar por que las administraciones respeten esos derechos, y es además, dentro de este tipo de instituciones, una de las que más competencias tiene en todo el mundo.

     

    Por eso, me siento especialmente orgullosa de haber podido ayudar a incrementar la imagen y el prestigio de mi país trabajando en cooperación en derechos humanos en países de la antigua Unión Soviética como Kazajstán o Armenia, y en otros más cercanos como la Antigua República Yugoslava de Macedonia o el último en Turquía, a través de proyectos Twinning de la UE, donde con la inestimable ayuda de la FIIAPP hemos ayudado a poner en marcha o a fortalecer otras instituciones de Defensor del Pueblo u Ombudsman. La importancia de que Instituciones hermanas colaboren de una manera unívoca en la misma dirección, es decir, la de mejorar procedimientos de actuación, la de aprender unos de otros y la de poder así servir mejor a los ciudadanos, única razón de nuestra existencia, entiendo es algo incuestionable y muy positivo.

     

    Uno de nuestros objetivos prioritarios es, cómo no, Iberoamérica. La fuerza expansiva de los derechos humanos, hizo que se viera la necesidad de intensificar la colaboración con los defensores de otros países, especialmente de los iberoamericanos, mediante la celebración de reuniones dentro de un ente nuevo que optó por denominarse Federación Iberoamericana de Ombudsman (F.I.O). Su objeto era y es sentar las bases de una fructífera cooperación internacional, sobre todo en países con una cultura y un pasado comunes. Esa cooperación se manifiesta y concreta con la puesta en práctica de programas prácticos y eficaces para la capacitación de personal especializado y la promoción del establecimiento y de la solidez de los defensores en todas las naciones de la comunidad iberoamericana.

     

    Se trabaja en materias tan importantes como inmigración, trata de seres humanos, menores, mujeres y prisiones. Es precisamente este campo, el de la cooperación en asuntos penitenciarios, y por ende, el del cuidado de los presos españoles en el extranjero, uno de los que más puede verse beneficiado por la cooperación española. Es necesario hacer ver a nuestros países hermanos de América, que tan importante como perseguir el delito es hacer que las penas se cumplan en condiciones dignas. Este es uno de los deberes más importantes que tenemos hoy en día.

     

    También trabajamos con los países del área mediterránea. La primavera árabe ha sido una amenaza a las incipientes instituciones de Ombudsman que se estaban creando, pero en algunos países está siendo también una oportunidad para que se adapten mejor a los estándares internacionales sin dictaduras que pongan cortapisas a su desarrollo. La cooperación con estos países se realiza a través de la Asociación de los Ombudsmen del Mediterráneo cuyo objeto ha sido y es dar firmeza y consistencia a las instituciones defensoriales de la cuenca mediterránea, como cauce seguro de afirmación de la democracia en el área, así como el inicio de una acción consistente de colaboración internacional para cooperar en el marco de la política de buena vecindad.

     

    El Ombudsman es la voz del amigo que nos escucha, nos informa y, si es posible, nos ayuda a mejorar nuestras vidas y a solucionar nuestros problemas; y, sobre todo, es la última esperanza de decenas de personas a las que los poderes públicos –culposa, dolosa o accidentalmente- han pasado por encima como si de máquinas apisonadoras se tratase.

     

    Ciudadanos somos todos, los españoles y los extranjeros, no lo olvidemos, y por eso fortalecer nuestras instituciones aquí y allá con proyectos de cooperación, significa fortalecer nuestro sistema de libertades.

     

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