• 30 julio 2020

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    Categoría : Reportaje

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    “La interrupción de la cooperación significaría una segunda victimización para las mujeres y niñas que son traficadas”

    Un experto del proyecto A-TIPSOM nos relata por qué hoy la cooperación es más necesaria que nunca para luchar contra la trata de personas

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    De acuerdo con el Protocolo de la Convención de las Naciones Unidas contra la Delincuencia Organizada Transnacional, la trata de personas se define como “la acción de captar, transportar, trasladar, acoger o recibir personas, recurriendo a la amenaza o al uso de la fuerza u otras formas de coacción, al rapto, al fraude, al engaño, al abuso de poder (…) con fines de explotación”. Según este mismo documento, la explotación puede adoptar distintas formas, ya sea sexual, trabajos o servicios forzados, prácticas análogas a la esclavitud, la servidumbre o extracción de órganos.

    La actual emergencia sanitaria y alimentaria desencadenada por la COVID19 ha aumentado la condición de vulnerabilidad de las posibles víctimas a sufrir cualquier tipo de explotación, principalmente, en los países que ya contaban con infraestructuras deficientes. La situación de pobreza y escasez de alimentos se convierte en el escenario ideal para que las organizaciones criminales aumenten las posibilidades de engaño, sobre todo a mujeres y niñas en riesgo, ante falsas promesas de trabajo y futuro mejores.

    El coordinador del proyecto A-TIPSOM en Nigeria, Rafael Ríos, nos explica cómo estas organizaciones criminales han hecho de la crisis pandémica una oportunidad para alcanzar y reclutar a sus víctimas: “el 90% de la población de Nigeria vive de la venta ambulante y con el cierre de las actividades no pueden realizar esta actividad. Las estadísticas hablan de que los nigerianos sobreviven con menos de un euro al día, su misión es salir a la calle e intentar vender algo. Al imposibilitarse ese ingreso diario se convierten en víctimas mucho más vulnerables, porque están desesperadas y van a hacer cualquier cosa con tal de conseguir esos ingresos”.

    A-TIPSOM es un programa financiado por la Unión Europea (UE) y gestionado por la FIIAPP cuyo objetivo es combatir la trata de personas y el tráfico irregular de migrantes en Nigeria y entre el país africano y la UE. Para lograrlo, el proyecto aborda la problemática a través de cinco grandes líneas conocidas como las cinco P: Política, Prevención, Protección, Persecución y Partenariado.

    Los índices  de tráfico de personas en Nigeria se han convertido en un foco de preocupación para la comunidad internacional. Con el objetivo de erradicar esta práctica ilegal, el gobierno nigeriano inauguró en el año 2003 la Agencia Nacional para la Prohibición de la Trata de Personas (NAPTIP) y promulgó la Ley contra la Trata de personas en el año 2015.

    La cooperación internacional,  herramienta clave para erradicar la trata de personas

    Las víctimas de la Trata a menudo son trasladadas de una comunidad a otra, especialmente, desde las zonas rurales a las urbanas y de los países en desarrollo a los países desarrollados mediante falsas promesas. La implicación en cadena de estas redes criminales, que actúan desde distintos puntos geográficos, requiere de la cooperación conjunta entre países para poder combatir efectivamente este tipo de negocio ilícito.

    De acuerdo con las Naciones Unidas, los migrantes son el grupo más vulnerable a la explotación y a que sus vidas sean puestas en riesgo. Cada año, miles de personas mueren asfixiadas en contenedores, perecen en medio del desierto o se ahogan en el mar mientras son trasladadas de contrabando a otro país.

    Rafael Ríos puntualiza que la cooperación, hoy más que nunca, se ha vuelto fundamental: “la interrupción de la cooperación en estos momentos significaría una segunda victimización para las mujeres y niñas que son traficadas”. Y agrega al respecto: “estamos hablando de mujeres víctimas que han sido tratadas, traficadas y que han sufrido las peores pesadillas por el único interés que tenían de llegar a un nuevo destino. Nuestro proyecto no solo hace campañas de prevención para hacerle entender a las mujeres nigerianas qué es la trata de personas y prevenir que caigan en manos de estas redes, sino que además trabajamos para mejorar sus condiciones de vida en Nigeria, que puedan tener un empleo”.

    La trata de personas y la migración irregular prosperan cuando hay ausencia de medidas preventivas sostenibles. La Asociación ciudadana para combatir la trata de seres humanos y todas las formas de violencia de género (ATINA), advierte que para prevenir la trata de personas en primer lugar se debe prestar atención a las causas que conducen a esta situación. Los traficantes tienden a explotar y aprovecharse de las necesidades de las posibles víctimas, ya sean básicas, como de vivienda y alimentación o emocionales, de amor y pertenencia. Ríos apunta que la mejora de las condiciones de vida de las victimas es un factor clave ya que evita la necesidad de que estas tengan que emigrar a otro país y por consiguiente, poner su vida en riesgo llevándolo a cabo.

    La dimensión transfronteriza de la problemática añade una complejidad extra que exige que sea abordada por múltiples organismos, tanto gubernamentales como internacionales para coordinar una respuesta con un enfoque multidisciplinar que abarca desde la justicia penal, los derechos humanos, la inversión y el desarrollo.

    En el día Mundial contra la Trata de Personas,  la FIIAPP ratifica su apoyo y compromiso con la cooperación en la lucha contra el crimen organizado que impide el desarrollo de los países y pone en riesgo la vida de las personas  más vulnerables.

    Las opiniones vertidas en este blog son exclusiva responsabilidad de la persona que las emite.

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