• 16 abril 2024

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    Categoría : En primera persona

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    Bajo el volcán: buscando soluciones a la crisis climática en Antigua Guatemala

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    Apoyado en la barandilla del piso de arriba del claustro del Centro de Formación de la Cooperación Española en Antigua Guatemala, contemplo un lindo espectáculo. 

    Volcán de Agua

    Si levanto la vista, veo asomar sobre los tejados de este bello edificio, que en su día fue convento de jesuitas, la cima del volcán de Fuego, uno de los tres (Fuego, Agua y Acatenango) que rodean lo que fue la capital de la Capitanía General de Guatemala hasta que en 1773 los terremotos de Santa Marta destruyesen esta ciudad por tercera vez en un siglo. 

    Abajo, entre las lindas arcadas del patio, mis colegas del Programa Euroclima -un colorido y diverso grupo de personas provenientes de todos los rincones de Europa, América Latina y el Caribe- se mueven de un corrillo a otro en una animada mezcla de coreografía y conversación. 

    Observando todo esto en el tranquilo atardecer, pienso que tiene todo el sentido que el Encuentro Anual del Programa Euroclima esté teniendo lugar en esta bella ciudad colonial de Antigua Guatemala. 

    Por un lado, la historia del lugar y las ruinas de las iglesias destrozadas por los sucesivos terremotos que adornan sus rincones nos recuerdan la fuerza destructiva que puede llegar a tener la naturaleza. Al mismo tiempo, el hecho de que Antigua siga, a pesar de todo, en pie, es un ejemplo de la resiliencia de las gentes de Guatemala. 

    Todo esto me remite inmediatamente al asunto que nos ocupa a los colegas de las diversas instituciones de cooperación europeas y agencias de Naciones Unidas que implementamos el Programa Euroclima y a nuestra contrapartes latinoamericanas y caribeñas: encontrar la manera de, a través de políticas públicas adecuadas y pertinentes, mitigar los efectos del cambio climático sobre los países de América Latina y el Caribe y adaptarse a las modificaciones del clima que ya son irreversibles, fomentando la sostenibilidad y la resiliencia de las sociedades de la región. 

    Por otro lado, siento que la historia de este país mestizo tiene también su reflejo en  lo vivido durante estos días en los salones del Centro de Formación de la Cooperación Española en Antigua: un intercambio y diálogo entre grupos de personas de distintas razas y culturas que comienzan a recorrer juntos un camino, sin olvidar sus trayectorias pasadas, pero mirando fundamentalmente hacia adelante, hacia un objetivo común. 

    Esto se hace especialmente patente en el Encuentro Anual del Programa Euroclima de este año, pues por primera vez 14 países del Caribe participan formalmente en la reunión. La ampliación caribeña ha convertido a la familia Euroclima, como nos gusta llamarnos, en un grupo todavía más heterogéneo, integrado por 33 países. 

    Más heterogéneo… y más ambicioso 

    Y es que en Euroclima no dejamos de asumir nuevos objetivos para hacer frente a las tres crisis planetarias interrelacionadas que ponen en peligro la supervivencia de la vida humana en el planeta: el cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la contaminación. 

    Por ello, en 2023 ampliamos nuestro enfoque temático para incluir prioridades más allá de las cuestiones de mitigación y adaptación al cambio climático, siendo especialmente significativos los temas relacionados con la economía circular y el fortalecimiento de la conservación de la biodiversidad y los ecosistemas, siempre con un enfoque de inclusión, derechos humanos y género. 

    Fotografía de familia del Encuentro Anual de Euroclima

    Además de la ampliación geográfica y temática, dos elementos resultaron especialmente significativos para Euroclima en 2023: el relanzamiento de las relaciones entre la Unión Europea y América Latina y el Caribe a raíz de la cumbre UE-CELAC que tuvo lugar en julio de 2023, y el lanzamiento de la Agenda de Inversiones de la Estrategia Europea “Global Gateway”, que permitirá que en Euroclima no solo impulsemos mejoras en políticas climáticas, sino que facilitemos la puesta en marcha de ambiciosos proyectos de infraestructura para avanzar en la transición verde de la región. 

    Estas nuevas ambiciones están respaldadas por los 100 millones de euros (50 de ellos ya concedidos y 50 de ellos en proceso de aprobación) cuya gestión durante los próximos años ha sido encomendada al Programa Euroclima por la Unión Europea. Algo que entraña una seria responsabilidad, sin duda. 

    Todas estas cuestiones flotan en el viento de este apacible atardecer. El sol empieza a caer y pienso que está todo bien. Los desafíos y la responsabilidad son grandes, pero también lo es, como afirmaba tan solo hace unos minutos en el acto de cierre del encuentro la directora del Departamento de Desarrollo y Medio Ambiente de la FIIAPP, Sonsoles Mories, nuestro compromiso. 

    Las opiniones vertidas en este blog son exclusiva responsabilidad de la persona que las emite.

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