• 23 abril 2020

    |

    Posteado en : Entrevista

    |
    facebook twitter linkedin

    El español es ese gran oro que dejamos en Latinoamérica del que hablaba Pablo Neruda

    El Instituto Cervantes es una prestigiosa institución que promueve la enseñanza, el estudio y el uso del español y que, también, participa en la Cooperación Española. Con motivo del día internacional del idioma español, establecido por la ONU en el 23 de abril, entrevistamos a Sonia Pérez Marco, su jefa de comunicación y prensa, que nos explica sus principales cometidos y cuál es la situación del idioma español en la actualidad.

    ¿Qué es el Instituto Cervantes?

    El Instituto Cervantes es el organismo creado por el Gobierno español en 1991 para promover y difundir la lengua española y las culturas hispánicas en todo el mundo. A día de hoy, contamos con 86 centros en 45 países de los cinco continentes.

    ¿Por qué se celebra el Día del Idioma español y cómo lo conmemora el Instituto Cervantes? 

    El 23 de abril es el Día Internacional del Libro, fecha elegida también para conmemorar el fallecimiento de Miguel de Cervantes, Shakespeare y el Inca Garcilaso. Lo creó la UNESCO hace más de dos décadas, y, en 2010, la ONU lo estableció también como el Día del Español, lo cual es una feliz coincidencia.

    Como institución que promueve la cultura en español de todos los países hispanohablantes, es un día muy relevante que hemos convertido en semana. En toda nuestra red de centros celebramos en torno a este día la Semana Cervantina, con múltiples actividades. Este año, lleva como título «La libertad es una librería», un verso del último premio Cervantes Joan Margarit. Como nos encontramos en estas circunstancias tan excepcionales, tanto en la sede central en Madrid como en los centros de todo el mundo, las actividades e iniciativas son virtuales y utilizamos las redes sociales como plataforma. Cuando lo presencial no es posible, recurrimos a lo virtual para llegar a todos los rincones. Pero lo importante es que alrededor del Día del Libro y del Día del Español se despliega el panorama de la gran calidad de la literatura, el arte, la ciencia y, en definitiva, la cultura en español. 

    ¿Cuál es la situación del idioma español en el mundo?

    Diría que efervescente. Casi 700 millones de personas lo hablan en todo el mundo, y más de 22 millones lo estudian. Es la segunda lengua de comunicación internacional detrás del inglés, y la segunda en hablantes nativos después del chino. Tenemos mucho que celebrar.

    En Estados Unidos y el continente africano es donde encontramos los focos más activos del español. De hecho, se estima que en 2050 EE.UU. será el segundo país hispanohablante del mundo, detrás de México. Y África es un descubrimiento. El 6,5% de las personas que aprenden español en el mundo están en el África Subsahariana, y por eso hemos creado un programa de formación de profesores de español en cinco países –Benín, Camerún, Cabo Verde, Costa de Marfil y Gabón– en colaboración con Casa África y la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID).

    Nuestra lengua es considerada una lengua de prestigio y forma parte de sus sistemas educativos. A parte, claro, de que el fútbol y las telenovelas han jugado un papel impagable en la difusión del español. Por otro lado, Asia sigue considerándolo como una lengua de interés por sus potencialidades económicas, y la demanda de certificaciones no deja de crecer. Pero no todo son triunfos, tenemos que ser capaces de consolidarla como lengua de trabajo en los organismos internacionales, y eso exige una gran labor de compromiso. Por no hablar de que el español debe plantearse en serio conquistar el mundo de la ciencia y la tecnología, o nos espera un futuro menos prometedor de lo que imaginamos. La potencia está ahí, ahora tenemos que saber muy bien por dónde encauzarla.

    ¿Qué relevancia tiene el idioma español a la hora de generar un vínculo entre la ciudadanía?

    El español es la lengua vehicular de España, una lengua que convive con respeto y se enriquece con el resto de lenguas cooficiales del país, el gallego, el euskera y el catalán. Desde el Instituto Cervantes llevamos manteniendo reuniones con el Instituto Etxepare, el Ramón Llull y el Consello de Cultura Galega porque creemos que la riqueza de las lenguas aporta a los ciudadanos, suma, en vez de resta.

    En nuestra red de centros, en todo el mundo, programamos actividades en torno a la cultura en estas lenguas, así como ofrecemos clases cuando hay suficientes personas interesadas. El español, al final, asegura y sirve de contexto cultural general a todo el país. Todas las lenguas tienen la misma dignidad, aunque no todas han tenido la misma suerte, y en España deberíamos ser conscientes de que este es el momento de que tengan más suerte, sin quitarles la dignidad. Desde luego, por el Instituto Cervantes no será.

    ¿Y entre las instituciones de los países hispanohablantes?

    Si una cosa está clara es que el español será lo que quiera América. España solo supone el 8% de los hablantes de español en todo el mundo. El resto, está al otro lado del Atlántico, ese territorio de La Mancha del que hablaba el escritor Carlos Fuentes. El hecho de compartir una misma manera de expresar el mundo hace que nos consideremos una comunidad con estrechos lazos. Veintiún países unidos por una misma frase: hablamos español. El español es ese «gran oro» que dejamos en Latinoamérica del que hablaba Pablo Neruda. 

    Los dos grandes ejes en estos momentos en el mundo a nivel cultural y lingüístico son el anglófono y el hispano. En nuestras manos está que seamos capaces de convertir el poder de ser millones de hablantes en todo el mundo en su correspondiente influencia.

    Somos una región muy diversa, una familia donde abundan más los encuentros que los desencuentros. Cada tres años celebramos en uno de los 21 países hispanohablantes el Congreso Internacional de la Lengua Española, el último, el octavo, el año pasado en Argentina, y el próximo, en dos años, en Perú. Son reuniones de alto nivel, pero al mismo tiempo, populares. Se habla, se discute, hay grandes discursos, pero también charlas en pequeños centros culturales. Hay consensos y disensos. Pero lo que queda, siempre, es la unidad en la diversidad.

    ¿En la FIIAPP gestionamos diversos proyectos de cooperación internacional en países hispanohablantes… qué crees que aporta el hecho de compartir un idioma a la hora de establecer alianzas? 

    Bueno, las alianzas poco tienen que ver con hablar el mismo idioma, más bien con compartir el mismo objetivo. En este sentido, las instituciones de los países latinoamericanos y las españolas, y sus gobiernos, tienen claro que hay una serie de horizontes que son los marcados por los ODS y que son irrenunciables, aunque no fáciles de conseguir. Más educación, erradicación de la pobreza, lucha contra el cambio climático, igualdad real entre géneros, respeto por las normas democráticas, etc… Compartir el mismo idioma ayuda a entendernos a nivel lingüístico, pero no te asegura que manejemos el mismo significado.

    Dicho esto, es cierto que un idioma es más que un significado, es un sistema de valores, y aporta cercanía en la cooperación y una perspectiva de unidad muy importante en esta época.

    En este sentido, el año pasado lanzamos el proyecto CANOA, que busca la cooperación cultural entre instituciones hermanas de Latinoamérica. Los socios fundadores son el Instituto Caro y Cuervo, de Colombia; la UNAM, de México, el Centro Inca Garcilaso, de Perú, y el Instituto Cervantes. Es un proyecto que nos hace especial ilusión.

    ¿Por dónde pasa el futuro del idioma español?

    Por el panhispanismo y por la ciencia.

    En cuanto al primero, por una concepción de la lengua y la cultura en español como un puente que une a todos los países hispanohablantes. Debemos sentirnos no dueños, sino participantes de una comunidad iberoamericana con un claro predominio hispano. El que haya un idioma común entre 21 países es un gran tesoro.

    En cuanto a lo segundo, el futuro del español no se entenderá si no va ligado al desarrollo del ámbito de la ciencia y la tecnología. Necesitamos más ciencia con ADN español. Y lo más poético de todo, como dice el director del Instituto Cervantes, Luis García Montero, que es el dinero. El British Council se fundó en 1934 y tiene más de 1.300 millones de euros de presupuesto; el Cervantes se creó en 1991 y cuenta con 60 millones procedentes de fondos públicos.