• 07 enero 2021

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    “SEACOP ha creado los puentes necesarios para llevar a cabo futuras operaciones contra el tráfico de drogas”

    Alberto Morales, Inspector Jefe de la Policía Nacional y experto clave del proyecto de cooperación portuaria, SEACOP, nos relata la evolución de las cuatro fases del proyecto de cooperación europea, que está a punto de finalizar.

    A lo largo de los años 2003 a 2008 se observa en Europa un incremento notable del tráfico de drogas (cocaína) vía marítima, las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado (FFCCSE) presionaron en crear lo que posteriormente se denominó policialmente “muro de contención”, y que supuso que las rutas habituales de transporte se derivasen hacia África como ruta alternativa.

    En ese marco nace el proyecto SEACOP, un proyecto que necesitó realizar sobre el terreno visitas a los diferentes países productores, de tránsito y destinatarios de la droga, requiriendo adaptar y consensuar las necesidades de todos ellos en un proyecto sobre el que se contribuyese a esta lucha.

    Así nace y surge el proyecto SEACOP, un proyecto que se basa en cuatro pilares principalmente como son: equipos de inteligencia (MIU); equipos de control portuario (JMCU); bases de datos y cooperación a nivel regional y transregional.

    Es en África donde inicialmente se focalizan los primeros esfuerzos desde el año 2008 y los avances eran más que notables. Por primera vez éramos capaces, como especialistas, de aunar los esfuerzos de las agencias que operan en los tres países en los que se desarrollaba el SEACOP: Senegal, Ghana y Cabo Verde.

    El idioma siempre ha sido un pequeño problema para que entre ellos se comunicasen de forma fluida e inclusive intercambiasen experiencias o métodos de trabajo pero, poco a poco, con diferentes encuentros entre ellos, viéndose las caras han logrado entablar diversas comunicaciones entre los equipos.

    Por parte de los especialistas policiales, que participaban en el proyecto, se pudo confirmar como había una clara necesidad de homogeneizar las formaciones que se impartían a los agentes u oficiales que formaban parte del proyecto, aunque muchos de ellos habían tenido poco contacto con ordenadores u otros medios utilizados para el desarrollo de inteligencia y búsquedas en embarcaciones.

    Las actividades desarrolladas, en esos tres países, permitieron que incluso por parte de la Unión Europea se considerase la extensión del proyecto a diversos países africanos en una II fase con objetivos tales como: Sierra Leona, Togo, Benín o Costa de Marfil, entre otros, siendo un verdadero reto para todos los integrantes del proyecto.

    En fases posteriores, se constata la necesidad no sólo de involucrar a los países que eran destino de parte de la droga producida en Latinoamérica, sino que además se sigue extendiendo en sucesivas fases III y IV a otras regiones como el Caribe y los países productores y de tránsito de la droga en Latinoamérica.

    La zona del Caribe es especialmente sensible al tráfico de cocaína en embarcaciones de recreo y esa es la razón por la cual SEACOP establece alianzas con otros proyectos ya operativos en la zona, con el fin de potenciar los puntos fuertes y reforzar los débiles, tales como la conexión entre las islas, las formaciones sobre profiling de embarcaciones, elementos que levantan sospechas de los oficiales cuando visitan las marinas, trabajo en equipo y como no dotarles del material necesario para poder realizar las búsquedas en embarcaciones sin perjudicar o dañar demasiado las mismas.

    Esa misma formación, aunque adaptada a las necesidades de cada país, se ofrecía por los especialistas a los diferentes oficiales que forman parte de este. Nuestra experiencia tras más de veinte años luchando contra el tráfico de drogas se ha puesto a su servicio siendo muy gratificante ver cómo, poco a poco, adquirían el nivel adecuado para engrosar la familia que hoy supone pertenecer al SEACOP.

    Los países productores son más que relevantes para el proyecto, países como Colombia con la experiencia adquirida en su lucha diaria contra el tráfico de drogas o Argentina donde el problema fluvial se añade a sus problemas en puertos, suponía un reto que, sin duda, ha tenido reflejo en las labores tanto de formación regional como transregional y en las cuales los países aportaban su granito de arena sobre la manera como desarrollaban las labores en cada una de las fronteras y a nivel internacional.

    Si bien el gran problema que hemos encontrado ha sido sin duda la itinerancia de los oficiales en sus puestos, la necesidad de ese compromiso de permanencia ha sido uno de los puntos débiles que, sin duda, se tendrá en cuenta en futuros proyectos.

    Nos quedamos con el buen sabor de boca de la labor bien realizada, con el placer de saber que se han creado los puentes necesarios para llevar a cabo futuras operaciones contra el tráfico de drogas y sobre todo de crear esa red de contactos que supone uno de los mayores valores que puede aportar este proyecto.

    Atrás quedan horas de trabajo, muchos casos analizados y horas de formación que nos ha dejado siempre una satisfacción, que se ha potenciado el desarrollo de esas labores que, hoy día, vienen desarrollando y que, al menos, seguirá en los próximos años como uno de los referentes en la lucha contra el tráfico marítimo de cocaína.

    Alberto Morales, Inspector Jefe de la Policía Nacional y experto clave del proyecto

  • 11 abril 2019

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    “El proyecto EU-ACT se desarrolla en cinco regiones que engloban lo que se ha llamado la Ruta de la Heroína”

    José Manuel Colodrás es inspector jefe de Policía y coordinador del proyecto en Ucrania

    El proyecto EU-ACT (Acción de la Unión Europea contra las Drogas y el Crimen Organizado), está financiado por la Unión Europea y gestionado por la FIIAPP y se desarrolla en cinco regiones que engloban lo que se ha llamado la “Ruta de la Heroína”, aunque en realidad habría que hablar de rutas. Ucrania es el país prioritario en la región del Este de Europa.

     

    El objetivo del proyecto EU-ACT en Ucrania es impulsar una aproximación omnicomprensiva al problema de las drogas: apoyar el trabajo de las instituciones encargadas de reforzar la aplicación ley mientras se favorece el control de demanda. Por tanto, el ámbito de trabajo de EU-ACT abarca diferentes sectores de la Administración Pública ucraniana y de la sociedad civil.  Como ejemplo, basta citar los beneficiarios “registrados” ante el Gobierno de Ucrania: El Ministerio de Sanidad, El Observatorio de Drogas, El Servicio de control del Medicamento y las Drogas, El Servicio Fiscal del Estado, el Ministerio del Interior y dentro de este el Servicio de Fronteras y la Policía Nacional de Ucrania, la Oficina de la Fiscalía General, el Servicio de la Administración de Justicia de Ucrania, el Ministerio de Justicia, el Servicio de Prisiones y la Unidad de Inteligencia Financiera de Ucrania.

     

    Este proyecto, tal y como se recoge en su DoA (Description of Action), tiene un enfoque innovador al establecer sus actividades de acuerdo con las necesidades manifestadas por sus beneficiarios. Tan es así que con ellos se acordaron las principales áreas de desarrollo del proyecto en Ucrania, que son las siguientes:

     

    Por un lado, el Apoyo a la Estrategia Nacional de Drogas de Ucrania (2013-2020) y al Plan de Acción (2018-2020) que desarrolla dicha estrategia en el que el proyecto EU-ACT ha participado en la fase de elaboración destacando, entre otras actividades, el apoyo a la participación de la Delegación ucraniana en la Comisión de Estupefacientes de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD), tanto en el 61º periodo de sesiones (año 2018) como en el 62º (2019). Asimismo, se ha llevado a cabo un continuo asesoramiento y apoyo en todas aquellas iniciativas legales que tengan que ver con la política de drogas. En este sentido, caben destacar la regulación del empleo de Naloxona para evitar las muertes por sobredosis, la descriminalización de la posesión de pequeñas cantidades de drogas para autoconsumo, el desarrollo de las competencias del Observatorio de Drogas de Ucrania y el establecimiento de medidas alternativas a la prisión por delitos menores relacionados con el consumo de drogas.

     

    Por otro lado, el proyecto también participa en la iniciativa y el desarrollo del Programa Nacional de Rehabilitación para presos con desórdenes mentales y de comportamiento por el consumo de sustancias psicoactivas. Esta actividad se desarrolla con el Servicio de prisiones de Ucrania.

     

    Además, se ha promovido la creación de un Centro de Coordinación de Investigaciones de delitos relacionados con el tráfico de drogas entre distintas agencias policiales de Ucrania, un primer paso para implantar en Ucrania un modelo Inteligencia que permitirá a los responsables políticos tomar decisiones basadas en evidencias. Para ello, se ha elegido mejor práctica o modelo a seguir la del CITCO (Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y Crimen Organizado) del Ministerio del Interior español.

     

    A iniciativa de la Fiscalía ucraniana y con el apoyo de la Oficina Regional de Ucrania, el proyecto EU-ACT lanzó en septiembre de 2018 en la ciudad de Odesa (Ucrania), la Red de Fiscales del Mar Negro que ya engloba fiscales de Moldavia, Rumania, Bulgaria, Georgia, Armenia, Irán y de Ucrania.

     

    El proyecto EU-ACT también apoya la integración de las administraciones ucranianas en instituciones de la Unión Europea, así como en otras organizaciones supranacionales. Entre ellas destaca la integración en el Observatorio Europeo de Drogas, Alcohol y Adicciones (EMCDAA) la Red Europea de Institutos Forenses (ENFSI) o la Iniciativa del Pacto de París (PPI).

     

    En relación con la lucha contra el tráfico ilegal de sustancias psicoactivas se ha privado a los líderes de las organizaciones criminales de los beneficios obtenidos por su actividad delictiva ya que es el único modo de obtener un impacto relevante y prolongado contra esta actividad. La Oficina Regional de EU-ACT junto a la Unidad de Inteligencia de Ucrania y con todas las agencias encargadas de reforzar la aplicación de la ley de Ucrania está elaborando de una metodología adaptada al país para llevar a cabo investigaciones financieras paralelas a las tradicionales en este ámbito.

     

    Uno de los objetivos de EU-ACT es reforzar la cooperación inter e intrarregional de los países en los que se desarrolla el proyecto y, en ese sentido, se está apoyando el trabajo de equipos conjuntos de investigación de policías y fiscales ucranianos con otros países, así como el intercambio de expertos entre países, tanto por el propio proyecto como en programa de CEPOL.

     

    Finalmente, y siguiendo también el modelo español del Plan Nacional sobre Drogas, se está intentando crear en Ucrania un fondo especial de bienes confiscados en delitos relacionados con el tráfico de drogas.

  • 01 febrero 2018

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    Perú: cooperación con resultados

    El proyecto contra el crimen organizado y el tráfico de drogas capacita a las instituciones involucradas en el país

    La directora para América Latina y el Caribe de EuropeAid, Jolita Butkeviciene, twitteaba hace unas semanas que «la Unión Europea no impone programas, acompaña políticas nacionales y esta es nuestra forma de ver la cooperación».

     

    Estas declaraciones encajan perfectamente con los resultados que se están alcanzando en la lucha contra el crimen organizado y el tráfico de drogas en Perú. Una política apoyada y acompañada de manera efectiva por la Unión Europea, a través de un proyecto gestionado por la FIIAPP y otros fondos adicionales que en total suman 32 millones de euros.

     

    Durante 2017, nuestros socios peruanos, a los que apoyamos y acompañamos en sus políticas nacionales, han conseguido las mayores cifras históricas en la lucha contra el crimen organizado. A saber, la desarticulación de 111 organizaciones criminales dedicadas al tráfico ilícito de drogas, la destrucción de 78 pistas de aterrizaje clandestinas para el traslado de la droga a otros países y la incineración de 334 laboratorios de producción de cocaína, un buen número de ellos identificados gracias a tareas de inteligencia. Asimismo, se logró erradicar 22.165 hectáreas de hoja de coca, hecho que evitó la producción potencial de 204,8 toneladas de cocaína. Estas cifras no tienen  parangón con las de años anteriores y denotan un claro esfuerzo de la nueva administración peruana para mejorar los resultados en esta materia.

     

    El proyecto, implementado por la FIIAPP, capacita y presta asistencia técnica a las principales instituciones que luchan contra el crimen organizado y el tráfico de drogas en este país andino. Los socios peruanos del proyecto están obteniendo muy buenos resultados y se ha verificado, mediante una evaluación independiente, que se están aplicando con éxito los conocimientos y herramientas transmitidas por los funcionarios de los Estados Miembros a sus homólogos peruanos.

     

    SUNAT Aduanas es una de las instituciones que reciben el apoyo del proyecto. En este caso, en la prevención del contrabando:

     

    También cabe destacar el apoyo y acompañamiento que se ha dado por parte del proyecto a los operadores judiciales para resolver exitosamente los grandes casos nacionales vinculados a bandas organizadas internacionales y los logros alcanzados en materia de inteligencia, como es la creación del primer sistema informatizado de gestión de información contra el crimen organizado en Perú (SIIETID).

     

    Proyectos a demanda

    Vivimos en un mundo interconectado y la cooperación es un factor imprescindible en la resolución de los problemas relacionados con el crimen organizado transnacional. Eso influye en muchos elementos de la agenda birregional euro-latinoamericana.

     

    Hay que diseccionar el problema del tráfico de drogas según su impacto y naturaleza, tanto en las instituciones como en las personas. No es lo mismo un país productor que otro de tránsito o uno consumidor. En América Latina el tráfico de drogas tiene un efecto directo en la gobernabilidad de los estados. Las enormes cantidades de dinero que mueven las bandas organizadas pueden llegar a comprar estructuras gubernamentales y desestabilizar países – tristemente hay varios ejemplos en la región. Eso sin mencionar la violencia que genera y el deterioro en la cohesión social. En Europa el impacto es profundo a nivel delincuencial pero principalmente se trata de un tema de salud pública. Son dos problemas interconectados a los dos lados del océano.

     

    La UE, a través de grandes proyectos bilaterales gestionados por FIIAPP en Perú o Bolivia y regionales como EL PAcCTO y COPOLAD, acompaña las políticas de lucha contra el crimen organizado y el tráfico de drogas, que tanto impacto tienen en América Latina y Europa. Este apoyo se aplica a través de una metodología a demanda, cosa que agradecen nuestros socios latinoamericanos, felicitando la forma de trabajar horizontal y no paternalista de la UE. Definitivamente ésta es una de las recetas para obtener buenos resultados.

     

    De hecho, el método de trabajo participativo es uno de los emblemas del “Soft Power” que caracteriza la cooperación europea. Sin duda alguna, estos proyectos en los que se intercambian conocimientos y se crean lazos duraderos entre administraciones públicas a los dos lados del Atlántico son la mejor apuesta para lograr resultados sostenibles en el tiempo. Sin ir más lejos, a través de nuestro proyecto se han creado redes de contacto que ya están trabajando para investigar asuntos relacionados con el crimen organizado transnacional, no solo entre Europa y Perú sino también a nivel regional.

     

    La seguridad de los ciudadanos como objetivo

    Sin embargo, no se debe caer en la autocomplacencia, la lucha contra el crimen organizado es policéntrica y comporta muchos desafíos como el lavado de activos y la colaboración eficaz entre administraciones. Para mejorar la calidad de vida de la población en muchos países América Latina es necesario avanzar en esta materia ya que tiene un impacto directo en la seguridad y bienestar de los ciudadanos. Solo en 2017, 25.000 personas murieron de forma violenta en México por razones vinculadas al crimen organizado, lo cual nos debería hacer reflexionar sobre cómo apoyar a nuestros socios en la región.

     

    América Latina es un socio estratégico, cultural y comercial para la Unión Europea y como tal debemos tener una política continuista y mejorada de colaboración que ayude a optimizar el bienestar de su población y asegurar el Estado de derecho. La FIIAPP, a los 20 años de su creación, es sin duda un instrumento adecuado y maduro para canalizar e implementar proyectos de cooperación birregional euro-latinoamericana que tan buenos resultados están dando. No olvidemos que, tal y como se subraya en el último informe Elcano, en la Estrategia Global Europea de 2016 se habla de un “espacio atlántico ampliado”, y señala que la UE tratará de expandir la cooperación y de construir una fuerte asociación con América Latina y el Caribe.

     

    La Fundación, por su amplia experiencia y reconocimiento en la región, ya es un actor clave en la consecución de este acervo y un importante aliado de las instituciones europeas en materia de fortalecimiento del Estado. Por esa misma razón, tenemos que seguir visibilizando con fuerza los resultados obtenidos por nuestros socios latinoamericanos. Demostrando con hechos que estas acciones, además de fortalecer nuestras instituciones homólogas al otro lado del atlántico, sobre todo, mejoran la vida de sus ciudadanos. 

     

    Gerard Muñoz, Coordinador del Proyecto de lucha contra el tráfico de drogas en Perú

     

    Más información sobre el proyecto, en nuestro espacio en Radio Nacional de España (RNE):

  • 21 julio 2017

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    UE-ACT: la lucha contra las “rutas de la heroína”

    El proyecto cuenta con 12 millones de euros y recorrerá durante cuatro años más de 30 países para combatir el perjudicial y enorme negocio de la heroína

    Afganistán se sitúa desde hace décadas como principal exportador mundial de heroína, una droga mortal al calor de la cuál prolifera el crimen organizado y un negocio enorme que mueve miles de millones de euros anualmente.

    Con una producción de 4.800 toneladas de opio en 2016 y más de 200.000 hectáreas cultivadas, según los datos de la oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC, por sus siglas en inglés), el país se sitúa en el centro neurálgico de la zona conocida como Medialuna de Oro (Afganistán, Pakistán e Irán), de donde procede la mayoría de los opiáceos que se consumen en Europa.

    En línea con la Estrategia Europea de Drogas 2013-2020, se ha lanzado esta semana en Bruselas el proyecto UE-ACT Acción contra las Drogas y el Crimen Organizado, la tercera fase de una iniciativa que lucha contra el tráfico de drogas y la delincuencia organizada asociada a dos ámbitos:

    Reducción de la oferta: se trata de reforzar la cooperación judicial y policial transnacional para atacar a las grandes redes de narcotráfico.

    Reducción de la demanda: también se dirigen esfuerzos a la prevención del consumo de drogas y la mejora del tratamiento de las drogodependencias.

    Ambos frentes son fundamentales. Como explica el líder del proyecto Thomas Carter, “son dos caras de la misma moneda: debe existir un balance entre las políticas represoras que persiguen el tráfico y el crimen organizado, y aquellas que se centran en la reducción de la demanda”.

    Más de treinta países

    Desde Afganistán, tradicionalmente, la Ruta de la Heroína atravesaba los Balcanes para llegar a Europa. Sin embargo, las vías se han multiplicado y recorren una treintena de países a través de varias rutas:

    Ruta de los Balcanes: Une Afganistán con Irán y transita luego por Turquía. Constituye la distancia más corta y la ruta terrestre más directa hacia los mercados de consumo europeos. Se utiliza desde la década de 1980.

    Ruta meridional: en años recientes han atraído la atención internacional los voluminosos cargamentos de heroína embarcados en puertos de Irán y Pakistán.

    Ruta septentrional: desde el Norte de Afganistán, la heroína se destina principalmente a los grandes mercados de consumo de Asia central, Rusia, Ucrania y Bielorrusia.

    Ruta del Cáucaso: la droga producida en la Medialuna de Oro se transporta desde Irán hasta Turquía pasando por Armenia, Azerbaiyán y Georgia.

    Ruta Sur: pasa por África del este para después alcanzar la UE por el sur.

    El proyecto se centra en más de 30 países beneficiarios con necesidades muy diferentes y con 5 zonas estratégicas: Asia Central, Cáucaso Sur, Ucrania, Asia y este de África.

    El coronel de la Guardia Civil y codirector del proyecto Manuel Marión destaca la flexibilidad de la iniciativa: “Una de las necesidades más acuciantes de Kirguistán es formar a fiscales y policías en utilizar técnicas especiales de investigación en materia de drogas, como por ejemplo las entregas controladas”.

    Sin embargo, “puede ocurrir que Tanzania requiera conocer la experiencia europea en vigilancia de costas porque la heroína llega al país en barcos” indica Marión.

    La acción policial y judicial se realiza generalmente a nivel nacional, lo que dificulta acabar con fenómenos globales como éste. Por eso, el proyecto pone especial énfasis en la coordinación entre policías de todos los países por los que transita la droga. La cooperación transnacional y transregional es fundamental.

    Un negocio millonario

    Tom Carter explica una de las principales dificultades para acabar con el tráfico de heroína: la corrupción. “Estamos hablando de miles de millones de euros y la cuestión es que cuanto más cerca está del mercado más dinero se mueve y más caro es el producto. Por ejemplo, puede ser que un kilo de opio en Afganistán sean 2.000 euros y con el tiempo, según se va acercando a Europa puede alcanzar entre 25.000 a 40.000 euros”.

    “Es un negocio enorme e invasivo. Se mueve tanto dinero que corrompe fácilmente. Un policía o un agente de aduanas de cualquier país fuera de Europa, por ejemplo en Asia central o África, se ve muy tentado cuando alguien le ofrece 200 euros a cambio de no abrir un camión”. Se trata de invertir en desarrollo porque “en un país minado por oficiales corruptos en las instituciones el proyecto se convierte en algo inútil”, apunta Carter.

    La clave: influir en las políticas

    Uno de los objetivos principales del proyecto es ayudar a las autoridades y órganos de seguridad de estos países a identificar y perseguir a los grandes traficantes, que manejan grandes cantidades de droga.

    Sin embargo, se trabaja paralelamente en la búsqueda de alternativas a la prisión como tratamientos de desintoxicación. “No tenemos ni el presupuesto ni el tiempo para solucionarlo todo pero podemos aportar nuestras experiencias desde la perspectiva de la UE. Hay que cambiar percepciones para que vean a un drogadicto como una víctima y no como un criminal”, explica Carter.

    Durante cuatro años la FIIAPP gestionará este proyecto, que cuenta con una financiación de 12.000.000€ de la Comisión Europea, y que será ejecutado por expertos del Ministerio de Interior de España, Carabinieri de Italia y Nacional Crime Agency (NCA) de Reino Unido.

     

  • 10 julio 2015

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    Buscando coca en el puerto del Callao (Perú)

    El coordinador del proyecto de la UE contra el narcotráfico en Perú, Gerard Muñoz, es testigo de una operación de las autoridades peruanas en el puerto del Callao.

    Son las 6:15 de la mañana y estamos en la entrada de los muelles de carga en el puerto de El Callao, a unos 25 kilómetros al norte de Lima. Hay un trasiego bien curioso de obreros, estibadores, marineros, aduaneros, contratistas y personajes que no sabes muy bien a que se pueden dedicar en un puerto que emplea a más de 5.000 personas, y es uno de los más grandes del continente americano. Uno de esos personajes que se mueven en este mundo se me acerca y me pide un cigarrillo, le ofrezco el último que me queda en la cajetilla, le comento que lo estoy dejando y que se lo quede, curiosamente es la misma marca que fuma él, o eso me dice. El tipo me sonríe y me pregunta de dónde soy, le respondo que de Islandia, así me suelen dejar tranquilo y no me dan la tabarra con lo del Barça y el Madrid, es muy pronto y me he levantado a las 4:15 de la mañana.

    Aquí los días empiezan mucho antes de que amanezca y nunca sabes cuándo van a terminar, hoy es la segunda semana del curso que hemos organizado sobre búsqueda de estupefacientes en barcos y contenedores. Han venido dos aduaneros alemanes a impartir esta actividad, eminentemente práctica. Salta a la vista, por su altura y corpulencia respecto a los trabajadores locales, que este reino no es de su mundo. Tanto instructores como alumnos son excelentes y se están obteniendo resultados inmejorables.

    Se calcula que en la actualidad el 60% de la cocaína que llega a Europa proviene de Perú, esta sustancia, en su gran mayoría, es transportada por vía marítima a su destino. Normalmente llega a puertos comerciales y recreativos de España, Bélgica u Holanda. Los traficantes de drogas suelen ir por delante en cuanto a técnicas para esconder la droga se refiere. Hemos visto de todo, cocaína impregnada en ropa, en los estómagos del pescado congelado, en los pañales de un bebé, todo vale.

    No menos sorprendente y dramático es el escenario a la que se enfrentan algunas personas en Perú, la mayoría de veces por necesidad, otras por avaricia, que se ven involucradas en este comercio ilegal. Desde el pobre agricultor que está amenazado de muerte (él y su familia) por la narco-guerrilla de Sendero Luminoso para cultivar la hoja de coca, el joven que trabaja forzadamente en un laboratorio químico de la selva para elaborar la pasta base y es bombardeado por el ejército (eso no sale en los periódicos), la madre soltera que para pagar deudas se traga 74 bolas de cocaína y al llegar a Europa es detenida ya que ha sido denunciada por la misma organización que está pasando otras “mulas” en el mismo vuelo y quiere entretener a los aduaneros, hasta otros cuadros más trágicos que prefiero ni explicar. Es duro cuando ves las caras humanas que tiene este negocio para que el “tema” llegue al consumidor final.

    Desde luego, los protagonistas del anterior párrafo son la carne de cañón del negocio. En realidad, los auténticos beneficiados de esta industria ilegal son las grandes organizaciones criminales, paraísos fiscales y ciertos poderes fácticos a los cuales nada les importa las repercusiones humanas del asunto.

    En aras de entorpecer este comercio ilícito, la UE ha puesto en marcha un proyecto de apoyo a la lucha contra el tráfico de drogas en Perú, que lidera la FIIAPP, y que tiene como socios a las fuerzas y cuerpos de seguridad de España, Alemania, Reino Unido, Francia y la República Checa. El objetivo de este proyecto es mejorar las capacidades de interdicción de estupefacientes a través de la vía marítima, aérea y mejorar las capacidades de obtener inteligencia, investigar y enjuiciar a los grandes señores de la droga.

    En el momento que escribo este post, dentro de una de las actividades del proyecto, estamos trabajando en el puerto del Callao con las instituciones encargadas de intervenir droga en los puertos peruanos, a saber, aduanas, policía, fiscalía y guardacostas.

    Como decía al principio, por la mañana hacemos los perfilamientos de los buques y contenedores sospechosos, para después hacer las sesiones prácticas con ellos y ver qué encontramos. Por ejemplo, la unidad de inteligencia portuaria nos pasa información de que hay un contenedor que lleva maíz congelado, pulpa de Maracuyá y Rocoto (picante a matar) a España. Venga ya! ni que en España no hubiese maíz y fuese más barato traerlo congelado en un contenedor refrigerado desde Perú, eso no tiene sentido. Separamos el contenedor para revisarlo. Efectivamente, los alumnos del curso desmontan el sistema de refrigeración del contenedor y revisamos la carga. Entre el maíz (choclo) y la pulpa de Maracuyá encontramos una caja sospechosa en la cual hay un precinto de contenedor y las instrucciones de cómo ponerlo. Eso significa que en algún lugar entre El Callao y España este contenedor sería abierto, cargado con cocaína y se pondría el nuevo precinto que hemos encontrado dentro. En estos momentos hay una investigación sobre quién ha puesto en ese contenedor un precinto nuevo y otros asuntos vinculados a la procedencia y destino del contenedor. Curiosamente, un trabajador del área de carga dónde se almacenaba el contenedor ha desparecido y nadie sabe dónde está.

    Al finalizar el día se hace un debriefing en el que cada uno explica qué ha aprendido y cómo puede replicarlo en sus unidades. La idea de este proyecto es que cada vez que formas a alguien, esta persona, trasmitirá a su vez, los conocimientos adquiridos a otros miembros del destacamento dónde esté asignado.

    Cuando se hace de noche damos por finalizada la sesión del día y otra vez volvemos a Lima, con el tráfico de hora punta todavía tardaremos más de una hora en llegar a casa, mañana empezamos otra vez al amanecer, a ver qué encontramos…

    Gerard Muñoz Arcos – Coordinador del proyecto UE-ENLCD (Videoblog)